Los procesos de educación y de formación de la cultura se
han visto influenciados en su desarrollo histórico por algunos acontecimientos
que han sido producto de la capacidad creadora del hombre, como ha sucedido con
la construcción del alfabeto, la aparición del libro, la invención de la
imprenta y, más recientemente, con el surgimiento de la televisión y de los
medios audiovisuales, así como de la computación y de Internet. Estos
descubrimientos o innovaciones tecnológicas han marcado, de hecho, épocas en la
historia de la humanidad caracterizadas por saltos cualitativos en la
edificación del conocimiento y en el desarrollo de los modelos de enseñanza de
la sociedad.
En la última década, en la que se han cruzado los
umbrales de un nuevo siglo, hemos presenciado una auténtica revolución
tecnológica de la comunicación y de la información que ha llevado a nuestra
generación a hablar del inicio de una era digital, es decir, de una época en la
que la informática y la telemática están produciendo transformaciones en los
patrones tradicionales de los procesos productivos, de la ciencia, la
industria, el comercio, y, en general, de toda la actividad de las
organizaciones humanas. Una nueva era en la que la telecomunicación cancela
fronteras y límites en las distancias y en el tiempo, que acerca a las
personas, que potencia la velocidad en la clasificación y el acceso de la
información para la toma de decisiones, y que ofrece la apropiación inmediata
de fuentes enciclopédicas del conocimiento que antes eran patrimonio exclusivo
de unos cuantos.
La sociedad contemporánea y el Estado que la representa políticamente tienen el
imperativo de revisar el paradigma tradicional del modelo educativo para
incorporar los aportes de la computación y de la comunicación a distancia, y
para edificar un nuevo esquema que de manera realista vaya transformándose
progresivamente en la misma medida en que se desarrollan las ciencias de la
comunicación.
El uso individual y generalizado de las computadoras
permite la preparación en este aspecto, Según Donald H. Sanders “las computadoras
aportan al proceso educativo atributos tales como una paciencia incansable y
disponibilidad en todo momento. Utilizarlas puede mejorar la capacidad del
estudiante para pensamientos lógicamente, formula procedimientos para
resolución de problemas y comprender relaciones. Permita a los estudiantes
mejorar actitudes para ejercicios.
También, la facilidad y el bajo coste del
acceso de los usuarios a Internet y la enorme información y conocimiento que
ofrecen, han hecho surgir grandes expectativas sobre la necesidad y la
inminencia de una revolución educativa cuyo destino sería modificar
radicalmente todo lo que hasta ahora conocemos. Aunque aún no hay un cuerpo
sistematizado de elementos teóricos ni de experiencias generalizadas sobre la
utilización a gran escala de Internet con fines educacionales, existen
innumerables escritos y algunos experimentos recientes que señalan la
conveniencia de incursionar en este nuevo universo con tal propósito, y las
instituciones y organismos públicos nacionales e internacionales empiezan a
incluir entre sus prioridades las tareas de
exploración de dicho campo.
"La
educación es una pieza clave para el desarrollo de una sociedad y al mismo
tiempo el principal medio para lograr una mayor igualdad de oportunidades en
los seres humanos".
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